Vuelta a Neptuno

Bueno en realidad no he vuelto, ya que el tiempo no es el más recomendable para pintar en la calle. Lo que he hecho es pintar un cuadro utilizando los materiales que tenía de la última salida. He intentando simplificar al máximo, y cuidar bastante la composición. Además he utilizado una paleta muy reducida; Azul de Winsor, carmín de alizarna, y un siena natural únicamente en un par de sitios.
El resultado se acerca algo más a lo que me gustaría lograr, pero todavía falta por definir mejor la linea del horizonte, es decir la que se sitúa a la altura del observador, y mejorar el tratamiento del edificio de la izquierda.

Autobús con plaza al fondo

Pintar en la calle tiene estas cosas. El 4 de Abril fui a la Plaza de Neptuno. Ya había elegido la composición, sacado los bártulos, colocado el caballete, cuando alzo la vista para empezar el encaje el papel, y ¿que veo?. Un autobús aparcado en el centro en el centro de la plaza que no me dejaba ver la mayor parte del tema.

Se que para algunos, como mi amigo Joshemari, esto no les supone ningún problema, y que habrían pintado también el autobús. Pero a mi es estropeaba la idea que tenía del cuadro. Esperé unos veinte minutos, creyendo que acabaría marchando pues estaba en una zona donde está prohibido aparcar.

Al final me di cuenta de que no tenía la menor intención de abandonar el sitio, así que cargando con el caballete montado, y el resto del equipo, y ante la mirada curiosa de los turistas me fui moviendo hasta que encontré un encuadre en el que no apareciese el dichoso autobús.

Es divertido pintar en tan cerca del Museo del Prado, si uno piensa que los mismos que ahora miran curiosos como avanza tu acuarela, estarán dentro de unos minutos viendo los cuadros de Goya o Velazquez.

Es éste un tipo de tema que visualmente me atrae mucho, pero que en muy pocas ocasiones he resuelto de forma satisfactoria. Las ventanas ejercen sobre mi atractivo, que hace me pierda en los detalles. Sucede a veces que lo que funciona a nivel de dibujo, luego no lo hace cuando se convierte en acuarela. Además, olvidé reservar algunos blancos para la figura de Neptuno que ha quedado como un fantasma.

Al final el autobús se marchó, pero eso si, cuando tenía el cuadro terminado.

El Capricho


No es el de los parques y jardines un tema con el que me sienta especialmente comodo a la hora de pintar. Debe ser por mi dificultad con el verde, que decidí hace tiempo convertir en gris como forma de ocultar mis limitaciones.
A pesa de ello el 28 de marzo decidí acompañar a un grupo de compañeros de la AEDA a pintar en el Parque de el Capricho. Siempre es agradable pintar en compañía de otros acuarelistas.
Buscando un motivo arquitectónico, acabé pintando desde un lateral, el Abejero, curiosa construcción cuyo objeto era la cria de abejas con fines científicos.